El primer vínculo claro entre la contaminación y las tasas de mortalidad por Covid-19

Según un nuevo estudio de la Universidad de Harvard, los pacientes con coronavirus en zonas que tenían alta contaminación tienen más probabilidades de morir a causa de la infección, que los pacientes de zonas limpias.

Los niveles más altos de las peligrosas partícula finas del aire conocidas como PM 2,5 se asocian con tasas de mortalidad más altas a causa de la enfermedad. Un aumento de sólo 1 μg/m3 en PM2,5 está asociado con un aumento del 15% en la tasa de mortalidad de COVID-19.

Los distritos con mayores niveles de contaminación serán los que tengan mayor número de hospitalizaciones y mayor número de muertes. Respirar aire más sucio puede hacer a las personas más susceptibles al coronavirus.

En Chile, solo la contaminación atmosférica es responsable de hasta 4.000 muertes prematuras por año. Al principio de abril del 2020, el Covid-19 ha sido responsable de 48 muertes en un mes. Entonces solo en términos de números de personas, se puede decir que la contaminación es más significativa que el virus.

El nivel actual de PM2,5 en la Región Metropolitana es aproximadamente 30 μg/m3 y la meta del Plan de Descontaminación actual de llegar a 20 μg/m3, pero solo en el año 2026. El nivel recomendado por la Organización Mundial de Salud (OMS) es 10 μg/m3. Los niveles durante preemergencia y alerta ambiental son 110 y 80 μg/m3 PM2,5. Esto significa una probabilidad de niveles muy altos de Covid-19, si no logramos a bajar la concentración rápidamente durante el invierno.

Según el Ministerio de Medio Ambiente, las máquinas de construcción y transporte contribuyen a mas de un tercio de esta contaminación de partículas finas en esta Región. La única norma que entrega una reducción significativa de material particulado de fuentes móviles es el Euro VI de Transantiago o el Euro 5 de vehículos livianos, lo que incluye los filtros de partículas (DPFs).

Esta tecnología remueve sobre el 99,5% de las partículas emitidas por los motores. De los 430 mil diesels que circulan en la Región Metropolitana, 180 mil vehículos livianos tienen instalados DPFs, mas 660 de los buses de la última generación de Red Movilidad.

Lamentablemente, esto no representa cifras reales. Es reconocido por las Autoridades que una proporción muy alta de DPFs ha sido removida de los vehículos livianos. Solo hay que buscar en Google para fácilmente encontrar empresas ofreciendo este servicio de remoción. Por no ser contemplado en la norma, ni los Ministerios de Transporte o Medio Ambiente ni la Superintendencia de Medio Ambiente tienen la facultad tomar acciones contra esta industria antisocial, lo que facilita más contaminación y mas muertos.

Aun peor es el problema del humo de la quema de biomasa en las comunas del sur de Chile.
Este fenómeno es muy conocido y las acciones de las autoridades no han logrado mucho. Para ellas, la solución es un cambio de combustible, acompañado por un mejoramiento de aislación de viviendas, lo que seguramente permitiría una reducción enorme de la emisión de material particulado. Lamentablemente, la realidad de nuestro país es que no hay combustible alternativo a la leña disponible a costo razonable. El país tiene un porcentaje alto de viviendas que no tiene los recursos para pagar un combustible más caro.

Durante los últimos años el financiamiento de los proyectos siempre ha sido menor que lo prometido en los diferentes Planes de Descontaminación. A pesar de que existen tecnologías para reducir las emisiones producidas por calefactores a leña, con excepción de algunos municipios, las autoridades no quieren apoyar estas instalaciones y, como consecuencia, las cantidades de leña quemada siguen siendo muy altas y no logran mitigar la contaminación. Por lo tanto, la tasa de mortalidad sigue alta.

Estufa con Filtro de Humo
Estufa con Filtro de Humo

Como los recursos son escasos y el cambio de sistema de calefacción de ciudades enteras es financieramente e imposible, es necesario buscar una forma de cambio paulatino y abordable. Por ejemplo, en la industria automotriz se agrega la tecnología de aire limpio al vehículo en el proceso de armado y se instala el filtro o catalizadores. Se podría hacer lo mismo con las estufas que ya existen, o las nuevas, sin necesidad de cambiarlas ni reemplazar el tipo de combustible.

Según un informe de Greenpeace y AirVisual que mide el índice de calidad del aire con base en los niveles de partículas finas conocidas como PM2,5, en 2018, de las 10 ciudades sudamericanas más contaminadas, 9 son chilenas.
Ahora, encontramos, según el informe de Harvard, que hay una lamentable sinergia entre la contaminación de aire y el Covid-19.

Habría dos formas de calcular resultados, una seria comparando los casos de Coyhaique, con 60 μg/m3, y la Región Metropolitana, con 30 μg/m3, según el informe, la diferencia de 30 μg/m3 podría representar un aumento de 450% de la mortalidad. Incluso Santiago, con 20 μg/m3 por encima de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (10 μg/m3), tendría 300% más casos fatales. Por otra parte se podría interpretar este estudio es un cálculo que tome la mortalidad actual que existe en las ciudades de Chile, debida a la contaminación, y ver cuantas más muertes tendremos cuando lleguen los meses de invierno.

Chile, debido a sus condiciones especiales, siempre ha sufrido de niveles altos de contaminación y por eso ha sido el país pionero en Sudamérica en aplicar normas exigentes, invirtiendo en tecnologías avanzadas, sin embargo, aún falta mucho. La contaminación del aire
siempre ha representado un costo económico y hay una regla que dice “un dólar gastado en control de contaminación entrega 10 dólares en beneficio de salud.”

¿Si esto es verdad y con la urgencia de la pandemia actual, cuanto más beneficio entregaría una inversión en la reducción de emisiones en Chile antes del invierno, durante la época del Covid-19?

Robert Fraser, Gerente General, Purexhaust SA

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