Alrededor del 80% de la flota de híbridos tienen motores defectuosos, lo que significa que se funcionan exclusivamente a base de diésel.
Lograr que los servicios de transporte público sen menos contaminantes, aunque sea de manera parcial con mecánicas híbridas y no al completamente con propulsión eléctrica completa, es una solución sugestiva para no seguir acumulando polución en las ciudades.
En el caso de Londres, una prueba llevada a cabo por LBC ha encontrado en los Routemasters (Clásico autobús rojo de 2 pisos londinense) partículas ultrafinas más dañinas que están siendo emitidas por los autobuses defectuosos, más contaminantes que la flota que fue reemplazada.
Estas partículas son tan pequeñas que pueden penetrar en el revestimiento de los pulmones y entrar en el torrente sanguíneo, que puede causar daños en el corazón y el cerebro. Son 700 veces más delgadas que un cabello humano y representan el mayor riesgo para la salud porque que son tan pequeñas que el cuerpo no puede deshacerse de ellas.
Ken Davidson, jefe de operaciones del bus de TFL (Empresa concesionada), expresó: “Simplemente no es creíble tratar de probar las emisiones de los autobuses de esta forma. Este experimento es defectuoso. Al comparar las emisiones de los dos autobuses diferentes en diferentes momentos y lugares diferentes, no va a darse una comparación realista. Es por esto que se debieran probar y comparar mediante la simulación a través de una ruta más larga en un centro de pruebas independiente, donde todos los otros factores que afectan la calidad del aire puedan ser controlados.
“A todos los vehículos que se instalan sistemas de filtrado altamente sofisticados para reducir las emisiones de partículas, y la instalación de filtros de partículas diésel han reducido las emisiones de partículas de 200 toneladas al año en 1997 a menos de 17 toneladas en la actualidad. Nuestra prioridad sigue siendo reducir las emisiones de NOx de las flotas de autobuses“, dijo Davidson.
Stephen Knight, miembro liberal demócrata de la Asamblea de Londres, dijo: “Es sencillamente terrible que tantos nuevos sistemas híbridos tengan tantos Routemasters defectuosos y por lo tanto están emitiendo más contaminación diésel de lo que deberían”.
Los actuales autobuses londinenses equipan motores diésel de 9.000cc, mientras que los nuevos híbridos combinan un diésel bastante más pequeño, de 4.760cc, y un propulsor eléctrico.
El alcalde y TFL deben publicar ahora los detalles de la contaminación real que está siendo emitida por estos autobuses.